Hace casi 15 años se le encargó al urbanista chileno Marcial Echeñique un estudio y diagnostico de Santiago para mejorar su competitividad y desarrollo futuro. La solución; aumentar la movilidad (pública y privada) y las ofertas de suelo en la región. Pues bien, aumentó el mercado de los suelos, la ciudad creció, pero sin embargo no todo ha ido a la par con la infraestructura vial planificada, creándose serios conflictos de tránsito que incluso amenazan hoy el desarrollo de algunas zonas de Santiago. Es el caso del área de “Sanhattan”, la que de no solucionar sus conflictos viales en los próximos años podría causar un caos vial en uno de los puntos de paso más importantes de la ciudad.

El área de “Sanhattan”, antiguamente un barrio residencial, se perfila hoy como el nuevo centro financiero de Santiago. Éste cambio ha provocado en 40 años un aumento de densidad de 40 hab/ha a cerca de 6.500 hab/ha (*), siendo gran parte de esta población flotante, o sea que se dirige allí a trabajar, lo que genera un gran movimiento vehicular.

La densificación, en cierta forma deseada por el gobierno, no ha ido acompañada con un proporcional desarrollo de vialidad, y el sector ha utilizado prácticamente la misma infraestructura desde hace 40 años, la que con un par de ampliaciones a soportado el trafico hasta el día de hoy. Sin embargo el elástico está a punto de romperse, ya que con los 66 nuevos proyectos inmobiliarios que se construyen en sólo un radio de 2 km, más la incorporación de 2 grandes mega proyectos al sector, como Costanera Center y el edificio Titanium, el colapso es inevitable.

Se suma a los proyectos inmobiliarios, la apertura del túnel San Cristóbal en julio del próximo año, lo que provocaría que, en puntos como la Rotonda Pérez Zujovic , Av. El Cerro con Los Conquistadores y Andrés Bello con Tajamar, que el tránsito fuese 7 veces más lento de lo que es hoy en las horas peak. La situación es tal que el gobierno plantea postergar la inauguración del túnel hasta que las obras que mitiguen el tráfico como la Costanera Sur (actualmente en etapa de ingeniería), el ensanche de Kennedy y el paso sobre nivel de Av. Vitacura por la Rotonda Pérez Zujovic, se encuentre habilitadas. El gran problema es que ninguna de estas obras estaría lista antes de 2009, por lo que la medida del gobierno seria compensar o más bien “regalar” 11 millones de dólares a la concesionaria, por su propia falta de planificación.

Por otro lado, lado la otra alternativa a las vías del sector, Vespucio Oriente, ya ha incrementado notablemente su tránsito, y aunque hace unos días se mando a realizar el anteproyecto de la autopista, el Ministro de Obras Públicas declaró que no se sabe si se podrá llevar a cabo subterráneamente, ya que AÚN! no existe claridad sobre cómo se podrá financiar el proyecto si los costos de su trazado subterráneo fueran muy altos. Por otro lado la autopista no entrará en funcionamiento hasta el 2012.

Parece que así se planifica en Chile, con problemas futuros claros, concesionando autopistas sin previamente confirmar que se podrá recibir su tráfico o mandando a diseñar una autopista que no se sabe si se va a poder pagar, y pagando porque el diseño claro está, no es gratis, o será que secretamente se manda a diseñar la solución más económica (por encima del parque) dando como respuesta que la otra alternativa es inviable?

Pero como llegamos a esto?, porque si se planificaron gran parte de estas vías hace 15 años aún no están en funcionamiento, por que por más que se estudie aun no hay solución a los problemas? Claro no somos un país rico, pero al parecer tampoco expertos en planificación ni estrategias de gestión. Porque si se construirán los dos proyectos; el Túnel San Cristóbal y Costanera Sur, vía que aminorará mayormente la congestión de la zona en cuestión, porque no se comienza por la segunda?Es que a nadie se le ocurrió ni hizo un estudio de impacto vial o mas bien pasa por no competir inmediatamente con la concesionaria de Costanera Norte?

Por otro lado si los recursos son escasos, que pasa con los instrumentos de planificación, porque no existen aún sistemas de compensación que obliguen a los privados a hacerse cargo de lo que ellos mismo en parte provocan? Por que sólo se evalúa desde el punto de vista vial cada edificio en si mismo y no el impacto que éste generará globalmente?

En este sentido cobra relevancia la propuesta de la Asociación de Oficinas de Arquitectos (AOA), en donde se podrían otorgar más metros cuadrados edificables con el fin de que se entreguen más recursos para financiar los proyectos de infraestructura vial, algo que según Sergio San Martín, ya es utilizada en algunas municipalidades, como Lo Barnechea y Las Condes misma. Igualmente esperamos que se apruebe el proyecto de ley recientemente enviado que obligara a las empresas inmobiliarias a co-financiar obras de mitigación vial, además de crear planes de vialidad urbana asociados a los planes reguladores.

Esperamos que se planteen, se escuchen y aprueben medidas, para que no se repita en otros sectores de la capital lo que ocurre en Santiago Oriente, ya sea por la falta de presupuesto, instrumentos o gestión.(*)Según la información proporcionada por Teletrece (28/08/2007)